Principios generales de la determinación de la pena
- Principios generales de la determinación de la pena
- Principio fundamental
- Sopesar las circunstancias agravantes y atenuantes
- Importancia de la personalidad y las consecuencias sociales
- Severidad de la pena
- Ejemplos prácticos
- Prohibición de doble valoración
- Relación con la prevención y el propósito de la pena
- Sus ventajas con el apoyo de un abogado
- Preguntas frecuentes – FAQ
Principios generales de la determinación de la pena
El artículo 32 del Código Penal contiene los principios de la determinación de la pena en el derecho penal austriaco. Concreta el principio de culpabilidad constitucional y forma el puente entre el marco penal abstracto de un delito y la pena concreta en cada caso.
La norma obliga al tribunal a sopesar las circunstancias agravantes y atenuantes, a tener en cuenta la personalidad del autor y las consecuencias de la pena para su vida, y a garantizar que la pena no sea ni excesivamente dura ni trivializante.
De este modo, la pena se convierte en un justo equilibrio entre la ilicitud del acto, la culpabilidad del autor y la responsabilidad social.
La determinación de la pena es la parte de la sentencia en la que el tribunal fija la cuantía y el tipo de pena. La única medida es la culpabilidad del autor y no el interés público, ni la casualidad de las consecuencias del acto. El artículo 32 del Código Penal obliga al tribunal a determinar cada pena de forma individual y proporcional a la culpabilidad.
Principio fundamental
La culpabilidad del autor es la única base para la determinación de la pena. El tribunal debe imponer la pena que corresponda al contenido ilícito del acto y a la responsabilidad personal.
Para ello, tiene en cuenta la gravedad del daño, el alcance del incumplimiento del deber, la preparación y planificación del acto, así como la forma de ejecución. Cuanto más reflexivo e implacable sea el acto, más severa será la pena.
El derecho penal austriaco rechaza los esquemas penales rígidos. Cada pena debe ser determinada y justificada individualmente.
Sopesar las circunstancias agravantes y atenuantes
Las circunstancias agravantes y atenuantes son elementos centrales de la determinación de la pena. No se pueden valorar doblemente si ya están previstas en el tipo penal.
Las circunstancias agravantes son, entre otras:
- Comisión múltiple o reiteración del delito,
- especial crueldad o brutalidad,
- preparación planificada,
- motivos egoístas,
- indiferencia hacia los valores protegidos por la ley.
Las circunstancias atenuantes son, entre otras:
- Confesión o reconocimiento de la culpabilidad,
- larga duración del procedimiento,
- ausencia de antecedentes penales,
- reparación de daños, arrepentimiento o cooperación en el esclarecimiento,
- actuar en una situación de necesidad personal especial.
La ponderación de estos factores es una decisión discrecional del tribunal, pero siempre debe estar justificada de forma comprensible.
Importancia de la personalidad y las consecuencias sociales
El tribunal también está obligado a tener en cuenta las repercusiones de la pena en la vida futura del autor.
Es determinante si la pena permite o no la reinserción social.
El objetivo no es la venganza, sino una pena que guíe al autor a la lealtad a la ley, sin excluirlo permanentemente de la sociedad.
Severidad de la pena
El apartado 3 del artículo 32 del Código Penal (StGB) enumera criterios objetivos para la severidad de la pena. La pena es tanto más severa
- cuanto mayor sea el daño o peligro causado,
- cuantos más deberes se hayan infringido,
- cuanto más reflexionado o preparado haya sido el acto,
- cuanto más implacablemente se haya ejecutado,
- y cuanta menos precaución se le haya opuesto.
Con ello se pretende garantizar que la pena corresponda tanto al desvalor de la acción como al desvalor de la intención del acto.
Sebastian RiedlmairHarlander & Partner Rechtsanwälte „Gerechtigkeit entsteht nicht durch Härte, sondern durch die Abwägung von Tat, Schuld und menschlicher Verantwortung.“
Ejemplos prácticos
Ejemplo 1 – Delitos patrimoniales reiterados:
Un acusado comete varios casos de fraude similares. El tribunal tiene en cuenta la reiteración del delito como circunstancia agravante e impone una pena de prisión considerable, ya que la delincuencia persistente muestra un mayor peligro.
Ejemplo 2 – Confesión y reparación:
Un autor resarce íntegramente el daño causado y realiza una confesión creíble. El tribunal considera que existen importantes circunstancias atenuantes y reduce significativamente la pena de prisión.
Ejemplo 3 – Delito de violencia grave:
En un delito sexual contra menores de edad, se impone una larga pena de prisión para reflejar el alto desvalor de la acción y el enorme valor perturbador social.
Ejemplo 4 – Duración excesiva del procedimiento:
Un procedimiento se prolonga durante muchos años sin que el acusado tenga la culpa. Esta duración excesiva tiene un efecto atenuante en la cuantía de la pena.
Prohibición de doble valoración
La prohibición de doble valoración protege contra una doble carga por la misma circunstancia.
Si una característica, como por ejemplo la «comisión múltiple del delito», ya se tiene en cuenta de forma agravante en la redacción de una norma penal, no se puede volver a valorar como circunstancia agravante en la determinación de la pena.
Una infracción de esto es un motivo de nulidad según el artículo 281, apartado 1, número 11, tercer caso, del Código de Enjuiciamiento Criminal (StPO).
Relación con la prevención y el propósito de la pena
El artículo 32 del Código Penal deja claro que las penas no deben tener un mero efecto de prevención general.
Sirven en primer lugar a la justa sanción de la culpabilidad individual (prevención especial como consecuencia, no como propósito).
El tribunal debe establecer un equilibrio entre la disuasión, la reinserción social y la adecuación a la culpabilidad.
De este modo, el derecho penal austriaco sigue estando orientado a la persona y no a la mera severidad de la pena.
Sus ventajas con el apoyo de un abogado
Un procedimiento penal supone una carga considerable para los afectados. Ya al principio se avecinan consecuencias graves: desde medidas coercitivas como el registro del domicilio o la detención, pasando por la inscripción en el registro de antecedentes penales, hasta las penas de prisión o multa. Los errores cometidos en la primera fase, como las declaraciones imprudentes o la falta de aseguramiento de las pruebas, a menudo ya no pueden corregirse posteriormente. También los riesgos económicos, como las reclamaciones por daños y perjuicios o los costes del procedimiento, pueden ser muy importantes.
Una defensa penal especializada garantiza que sus derechos se respeten desde el principio. Le da seguridad en el trato con la policía y la fiscalía, le protege de la autoincriminación y crea la base para una estrategia de defensa clara.
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Peter HarlanderHarlander & Partner Rechtsanwälte „Machen Sie keine inhaltlichen Aussagen ohne vorherige Rücksprache mit Ihrer Verteidigung. Sie haben jederzeit das Recht zu schweigen und eine Anwältin oder einen Anwalt beizuziehen. Dieses Recht gilt bereits bei der ersten polizeilichen Kontaktaufnahme. Erst nach Akteneinsicht lässt sich klären, ob und welche Einlassung sinnvoll ist.“